sábado, junio 01, 2013

Vuelvo a ti







Entonces, cuando tropiezo, cuando comienzo a caer en este despeñadero de sueños, en este acantilado donde rompen las olas de la esperanza, en donde van a morir las ilusiones, en donde  ya nada, nada queda sino el pesar, la angustia desolada del vivir sin sentido, en este quemar días, en este continuo gastar vida, en este perpetuo dejar morir las horas, veo deslizarse el fantasma de las horas muertas, el silencio solo, solo sin más, en este abandono de mí mismo. En este constante envejecer, ya sin ánimo, ya sin esperanza, ya sin ilusiones.  Entonces, cuando caigo, cuando en mi desaliento manoteo, para asirme de una rama de esperanza, entonces, vuelvo a ti, vuelvo a ti, como vuelve el barco al puerto, como vuelve el día después de la noche, como vuelve el sol tras el invierno, así, vuelvo a ti.  Sin ánimo, sin sentido, sin saber para que, solo vuelvo, y vuelvo  sin preguntas, sin decir nada solo vuelvo para verte, para nutrirme de tu esperanza, de tu alegría.

Cuando estoy a tu lado, cuando al fin debiera ser feliz, cuando el sol brilla a junto a tí, cuando la brisa de la esperanza roza mi cara y mis ojos se levantan a otear  en lontananza, y contemplar cómo se acercan días luminosos, esos que traes cuando estás conmigo, es entonces que vuelvo a irme y me voy a mi destierro, me alejo de tu calor y me interno en el frio invierno de mis cavilaciones y vuelven a mí las preguntas.

 Y ya solo, sintiéndome infinitamente solo y miserable en mis contradicciones, vuelvo a sentir el cruel paso del tiempo y de los años, y me  refugio, en un quehacer extático e inútil, me parapeto detrás de esta actividad delirante que no me lleva a ninguna parte, me  siento como un átomo siempre girando en el mismo lugar, con la ilusión del movimiento, y sin embargo todo estático, todo inmóvil, en el mismo sitio, y  me niego a quedarme en el pasado y digo a la vida que siga, o que pase, que pase ya sin vivirla ya infinitamente ocupado ya totalmente abandonado a este sin sentido.