domingo, diciembre 21, 2014

Fin de año



Estas fechas  me ponen melancólico, ¿o será que ya estoy depresivo? Siento el paso de los años y veo mi niñez infinitamente lejos ¿habré sido niño alguna vez o  habré sido siempre viejo? Y al volver la vista a mi interior, veo que nace y crece una angustia, un desasosiego, una opresión, y al igual que las nubes que cubren el cielo en este día de lluvia ¿Porque lloverá en navidad?  Este desaliento me  impide ver la alegría de estas fiestas y me hacen necesitar  que alguien  me abrace, como lo hacía mi madre.
Será porque es fin  de año y es hora de hacer el balance y siento que una vez más quedo al debe con la vida, siento que no es la vida la que me debe, sino que soy yo quien estoy en deuda con ella: quizá pude dar un poco más. Este año ha sido bueno, sin sobresaltos, pero, por alguna razón ha sido un año lleno de angustia, nunca he estado tan depresivo como ahora, será porque ya he aceptado que muchos de los que partieron conmigo ya se han ido, y andan por ahí lejos de mí y a otros ya no los veré nunca más.
Siento que cada año que pasa me acerca más al infinito mar de la eternidad y eso me angustia, en una desesperanza sin sentido, sin razón, ¿a qué acongojarse ante lo inevitable? ¿Por qué no acatar dócilmente el devenir?
Y de a poco, tu recuerdo me conforta, (misericordia ultrajante, dice Vargas Vilas), como todo consuelo que da la vida, y aunque no estés aquí, me alivia el saber que existes y  como cuando el sol se muestra detrás de la neblina y brilla tenuemente al medio día, así la alegría toda tímida  torna   a mí, entonces vuelvo a ser el mismo y se aleja esta inquietud.