domingo, abril 10, 2016

Despido





Aún siento el calor de tus manos
Aún no las enfría el hielo del tiempo
Y quedan perplejas las naves que llevan
Al olvido

Latigazo odioso de desprecio
Fue tu forma de apartarte de mí
Inmundo cieno hay en tu alma – me dijiste-
que me alcanza y salpica.
Vete lejos, donde tu hedor no me llegue.

Témpanos de frio se levantan entre nosotros
Montañas de indiferencia, ríos llenos de distancias
Te llevan en sus aguas y te alejan.