Blog de cosas imaginadas, vividas o soñadas. Al final: si la vida es sueño ¿Se vive o se sueña?
domingo, febrero 08, 2009
La libertad y el cambio
jueves, febrero 05, 2009
El Sistema
La dependienta levanto la cabeza entre azorada y confundida, me miró y con su mirada me dio a entender que el documento que estaba solicitando no me lo podría entregar, por que en algún recóndito lugar un disco duro falló o se cortó la corriente eléctrica.
Frustrado y enojado intente protestar, pero, ella adquirió un aire imperturbable. Por lo que me dije que no valía la pena rezongar.
Me retiré del mostrador y mientras caminaba me fui pensando en lo común que es esto de que el Sistema se cae. Entiéndase por “Sistema” un ente extraño y nebuloso, formado por no se qué intrincada red de computadores y programas que esta omnipresente en nuestras instituciones. Y al cual se recurre frecuentemente como antes se recurría al oráculo.
Necesita el avaluó de su casa, un sistema le se lo da, claro, previamente se debe pagar por ello. Necesita un estado financiero, otro sistema se lo entrega. Necesita un bono de atención médica, otro sistema se lo proporciona, y así, cada institución tiene “Su” Sistema.
Y el Sistema es poderoso, y caprichoso, cuando no funciona, una frenética secuencia de llamada de los usuarios a un lugar remoto comúnmente llamado “La central” se deja venir como un aluvión. Y una cola interminable de clientes cada cual mas indignado, se forma en frente a los dependientes. Cuando de nuevo, el sistema comienza a funcionar, entre aliviados y recelosos los usuarios comienzan a interactuar con El, como desconfiando de lo que el Sistema dice. Y rogando que el Sistema este bien, como si de su estado de salud dependiera el mundo.
Para los dependientes El Sistema es infalible, y si por alguna razón, alguien recibe de este una notificación equivocada, como la condición de vivo o muerto, entonces el notificado deja de vivir o es resucitado, y ¡valla que cuesta probar lo contrario! El afectado deberá pasar por una cola interminable de trámites y consultas a otros Sistemas para que al fin se determine su verdadera condición.
Sin lugar a duda, los diseñadores del sistema saben que este se comportará como un semidiós caprichoso y lo nombran así: Zeus el de SII, Hércules el de La SEC. Oracle el de Oracle. En fin.
A veces, los sistemas se contradicen, como los datos que informa el sistema de SII y de la Tesorería, entonces el pobre ciudadano victima de esta refutación pagará el mas alto precio que resultare de comparar los valores entregados por los entes en contradicción.
Desde esta condición de sistemas asilados tratando de interactuar unos con otros, como una reunión de tartamudos, se pasará a un sistema global, con lo que el sueño de los burócratas se habrá hecho realidad y de estar en manos de semidioses aislados pasaremos a las manos del sistema-dios único, que todo lo sabe y cuando esos ocurra Dios tenga piedad de nosotros.
miércoles, diciembre 17, 2008
Amor Casual
pasar de una estrella moribunda.
Brevísimo como el parpadeo.
Así es la felicidad del amor.
Dura lo que un suspiro.
Me refiero al amor que nace
y muere en un instante,
amor fugaz, amor de amante.
No contaminado de costumbre
ni adormilado por el hastío.
del que se vive por casualidad.
amor que se guarda escondido
que se confunde con lo soñado.
Amor vislumbrado o vivido,
Y ya nunca más olvidado
Que espera oculto en un rincón
oscuro del edén de lo soñado,
al que llegamos solo en los momentos
en que sin querer vagamos al pasado.
Y que ya es parte de nuestra historia
nace, muere, renace en nuestra memoria.
Amor callado, acallado y condenado
A residir en el silencio de lo no contado
Ese amor que une por unas horas
dos almas solitarias que comparten
su soledad en un anónimo hostal,
que hace que los amantes se entreguen
y al despedirse se sientan aturdidos
por la futilidad del tiempo compartido
y deja en la conciencia una mancha oscura,
que no se sabe si es pecado o ternura.
Con un amargo sabor en la partida
que se confunde con pasión o locura.
amor que hace juzgarnos pecadores,
pero, que al evocarlo, una sonrisa
aflora en nuestros labios. Y nos pone
alegres de haberlo vivido, culpables y
tristes de haberlo sentido y perdido
Amor de hola y adiós,
amor efímero, sin compromiso,
amor que nace sin esperanza,
amor condenado al recuerdo,
amor que se vuelve añoranza.
viernes, diciembre 05, 2008
El Paraíso
Alguien me pregunta:
¿Has estado en el paraíso?
Si - respondí
Y miré dentro de mí, y sin esfuerzo se vino a mi memoria tu presencia,
Si – dije y añadí - pero, solo unas horas
Y después, un incontenible deseo de llorar me nubló tu recuerdo
miércoles, noviembre 19, 2008
Una Parada en la soledad
Cuando llegué al paradero, ya eran las 11 de la mañana. El día estaba nublado y frío, y una fina y porfiada llovizna caía desde hacía horas. Sabía que el bus pasaría alrededor de las 2 de la tarde, pero el camión que me trajo iba hacia otro lado, por lo que tuve que quedarme ahí.
Tras un largo rato sentado bajo el precario toldo del paradero, me puse de pie y caminé hasta el centro de la calle. Estaba desierta, larga, sola y silenciosa. Miré con la secreta esperanza de ver a alguien, pero, dada la neblina, mis ojos solo alcanzaban a ver unas cuantas cuadras.
Al frente, el pueblo —de unas pocas casas— parecía dormido. Las viviendas, con ese típico color de la madera sin pintar, curtidas por la inclemencia del tiempo y enverdecidas por el musgo tras años de humedad, humeaban por los tubos de las estufas a leña que se usan en el sur. El agua escurría por las tejuelas y goteaba lenta y tristemente, como lágrimas.
La calle, sin asfalto; la vereda de tierra, y la berma cubierta de hierba se encontraban empapadas de rocío. El barro de la vereda le daba al pueblo un aire de desconsuelo y apatía. Solo el humo de las chimeneas indicaba que allí vivía alguien.
Aburrido por tanto abandono, miré detrás del paradero. A unos cuantos metros, en un potrero, un rebaño de vacas, absortas y meditabundas, rumiaban sus pensamientos. Me entretuve observándolas; su indiferencia parecía ignorarme por completo.
El frío me obligaba a moverme constantemente para no congelarme. La niebla se levantó un poco, y el día se aclaró levemente. Pude entonces ver los robles ya sin hojas, con gotas de agua congeladas en sus ramas, como perlas, semejantes a los cristales de una gran lámpara de salón.
La soledad del lugar me entristeció. Mi ánimo se acongojó y mi mente comenzó a divagar. Nadie salió. Ni un niño. Nadie salió a comprar, nadie salió a mirar. Las calles se veían desiertas: solo la niebla, las casas, la calle… y yo.
Más tarde, como un fantasma emergiendo de la bruma, un hombre montado en un caballo enflaquecido y añoso se acercó y pasó frente a mí sin prisa. Abrigado con una gruesa manta de lana, no me miró: agachaba la cabeza, cubierta por un enorme sombrero, como si usara su cuerpo como ariete contra la brisa húmeda. Un largo rato estuve contemplando cómo se alejaba, hasta que su figura se desdibujó en la neblina.
Y de nuevo: la soledad, el silencio. Solo las goteras que caían de los tejados cercanos emitían un monótono sonido. Ni un ave. Los árboles, quietos, como entumecidos. Las vacas, con su eterno rumiar... Y entonces, ya no supe si era el lugar el solitario o era yo el desolado… Me confundí. Y ya no era mi alma, sino el alma del pueblo entristecido, la que sentía a través de mí.
Pasó una hora. Luego dos. El tiempo pareció detenerse y los minutos se hicieron interminables. Angustiado y aterido, sumido en mis pensamientos, me pareció haber estado ahí en otro tiempo. Sentí que era parte del paisaje del pueblo, como si hubiese estado allí por siempre…
De pronto, a lo lejos, se escuchó el ruido de un motor: era el autobús, que —como siempre— llegaba con retraso. Se detuvo. De un salto subí y, ya acomodado en mi asiento, miré por la ventana. Mi ánimo se levantó. Y, de pronto, cual gigantesco espejo, a lo lejos, por sobre las copas de los árboles, comenzaron a aparecer las tranquilas aguas del Llanquihue. Más allá se vislumbraban las casas de Puerto Varas. Miré hacia atrás: el poblado ya no se veía. Y toda la soledad… se quedó atrás.
viernes, octubre 24, 2008
Una tarde de familia
Ayer reflexionaba sobre este tema, mientras estaba con mis hijos, (mi mujer no se encontraba) y me dije que soy afortunado, me siento a gusto con mis hijos, ya todos jóvenes profesionales, y me digo que esto es el pago de la vida a tanto esfuerzo. Momentos, solo eso, instantes que se quedan en la retina, que se escriben en el libro de la memoria. Y me dije que soy un hombre con suerte, ya que puedo sentarme a conversar con mis hijos y estos no se sienten coludidos, culpables ni agradecidos, sino que son tal cuales son.
Y eso es lo que quiero, personas libres que estén conmigo porque quieren estar, sin culpas, sin presiones y charlar no importa de qué, solo la charla por la charla, de vez en cuando tocar un tema personal, pero sin invadir los espacios.
Un Instante

Perdido fatalmente en
lo vivido o lo soñado,
debe haber un deseado
instante feliz y no olvidado
al que volver quisieras
y aunque pudieras
no lo harías,
ya que aferrado al presente
caminas indolente y sin mirar
atrás, crees que eternamente
se perderá el momento
en que la felicidad
estuvo presente
y si lo vislumbraras,
si estuviera a tu alcance,
no volverías a perderte
en ese instante
viernes, agosto 15, 2008
La partícula de Dios

¿Que hace que las partículas de los átomos se mantengan unidas y no se disgreguen?
Los físicos nos responden que es La Partícula de Dios o el boson de Higgs el elemento que los sujeta y aglutina Y al mismo tiempo nos dicen que nadie ha visto jamás un Higgs, mas, está ahí, escondido, pero, presente. Y lo están buscando; los físicos del mundo, como una jauría, están tratando de darle caza.
Me he enterado, que los físicos del CERN, han creado un gigantesco Colisionador de Hadrones y han decidido realizar un experimento que les permitirá ver la partícula primigenia: En su constante búsqueda de una explicación del origen del universo, estos prometeos de la ciencia tratan de robar a Dios sus secretos y para ello no trepidan en hacer atómicas colisiones.
Los átomos disparados unos contra otro, a la velocidad de la luz colisionan y se desintegran y en su muerte liberan enorme energía. La desintegración transforma las partículas, las fracciona y en seguida sus fragmentos se condensan y aglutinan dando origen a otras partículas nuevas y desconocidas.
En una explosión colosal se intentará reproducir el momento del inicio del universo; será un Big Bang de maqueta. Los científicos producirán una gran colisión de partículas y del resultado de esta esperan que, en un brevísimo instante, breve como la nada, unos cuantos Higgs, bailoteen frente a los ojos curiosos de cientos de físicos.
Para nosotros, humildes mortales, que vivimos alejados de estas cuestiones y a quienes nos cuesta comprender la Teoría de la Relatividad y que menos entendemos la Teoría de Las Cuerdas. Este experimento nos parece más arriesgado que práctico. Porque ¿Qué pasaría si durante la colisión la materia se vuelve exótica, y se crea un hoyo negro que sea estable aunque sea por unos nanosegundos? Caeríamos en la boca de un insaciable glotón que engulle materia y veríamos, en un cerrar de ojos, como una parte del planeta es engullido por este.
O, puede generarse otro tipo de partículas que aun no conocemos, similar a la materia oscura, que viaje traspasando las paredes del Gran Acelerador de Hadrones y la corteza de la tierra, exponiendo a la radiación desconocida a todos en el planeta.
O, puede generarse partículas de antimateria, que al unirse con a la materia causaría la destrucción de las mismas, en una suma cero, liberando en el proceso una gran energía y provocando una explosión gigantesca.
O, más probable, no pase nada, y de suceder algo, los daños lo sufrirá el Colisionador y los que, ese en ese momento, estén participando del experimento. O simplemente, como viene ocurriendo en la física, este tipo de experimentos solo demuestren que las teorías estaban equivocadas y la realidad se ría en la cara de estos genios y los suma más en dudas que en certezas, y todo el esfuerzo sea solo para ver que ahora hay más preguntas y más preguntas
Un alma perdida
Largo rato estuve cavilando y dudando entre tomarla o dejarla para que otro se la llevase, pero, por alguna razón, la calle donde me encontraba estaba desierta y los poquísimos transeúntes pasaban por la vereda de enfrente. En eso estaba, cuando el alma pareció hacerme gestos que demostraban un interés en agradarme. Al igual que un perro que nos mueve la cola y hace piruetas para encantar.
Tanta fueron sus muestras de cordialidad y simpatía que decidí quedármela, aunque unos minutos después me acometió el pánico y me imagine encontrarme con el dueño del alma y recibiendo de este duras recriminaciones por haber tomado su esencia. Y una infinitud de preguntas se me vinieron a la cabeza. ¿Y si el dueño del alma la hubiera perdido involuntariamente, y estuviera desesperado por recobrarla? ¿Y si, lo que es peor, la dejó ahí solo mientras hacía unas diligencias? Y luego me vinieron otras interrogantes ¿Qué haré con esta alma? ¿Para qué me quedo con ella? ¿Me servirá? ¿Será esta alma mejor que la que yo tengo? Y mientras pensaba que hacer con el alma, me fui alejando del lugar, alegre por haber encontrado algo, aunque solo fuera un alma perdida.
Y mientras me alejaba, alegre con mi encuentro, me llego una interrogante ¿Si las almas solo pertenecen a Dios, puede Dios olvidarlas?
Y si fuese así, si el alma fuese un alma olvidada por Dios. ¿No sería este el mayor de los abandonos? ¿No sería un alma sin esperanza ya eternamente perdida? Por eso, para mitigar su abandono, decidí quedármela, mañana veré que haré con ella.
