sábado, octubre 17, 2009

La nada

La nada no existe me dice un lector, de existir, entonces nosotros no seriamos posibles.

Pero ¿Que es la Nada? Nos dicen que la nada es antónimo del Todo, pero, ¿qué es el todo?, a escala humana se asocia el todo a cantidad, a lleno, a plenitud, pero, ¿es eso? El Todo y la nada son antónimos, pero, en el fondo son lo mismo. En el universo, ¿o debiéramos decir en esta realidad? no existe la nada ni existe el todo, (o al menos eso parece) son conceptos imposibles. “Nada puede ser completamente todo”; esa expresión puede ser cierta. No confundamos la nada con el vacio ni el todo con lo lleno, esos son conceptos claramente físicos, medibles, o sea, son posibles. Un estanque puede estar lleno o puede estar vacio, eso es dentro de nuestra realidad, donde el estanque es parte de un conjunto mayor de elementos.

Podríamos elucubrar que el universo es inmensamente grande, pero que limita con la nada y desde ahí, desde esa frontera, ya nada es posible, en tal caso, la nada nos rodearía como una gran cáscara, lejana, pero cierta, si así fuera, en los confines del universo solamente existiría la nada ya que esta existiría sólo si el todo no fuera posible, porque en la nada, nada es posible, nada existe, nada es, incluso la nada misma.

Ahora bien, supongamos que nuestro universo limita con el todo definido este como el antónimo de la nada, entonces este sería un lugar donde nada es imposible, todo existe, todo es (si existiese el todo), entonces, en ese lugar todo sería posible, hasta el más absurdo sueño de un enajenado. Si fuese así, si todo fuera posible, entonces la nada podría ser posible, en tal caso, la nada estaría contenida en el todo. Pero, ¿no nota un error en nuestro razonamiento?

Me parece que si el todo fuera posible, entonces seriamos parte del todo, y no limitaríamos con el todo, sino que estaríamos contenidos en el. En tal caso la nada estaría al lado nuestro ya que esta sería posible.

Si la nada fuera cierta, y si dentro de ella nada fuera posible, entonces la nada misma se estaría negando, luego, la nada no existiría.

¿Y si la nada fuera accesible?, ¿qué seriamos? unos seres en la nada misma. O sea, no seriamos. Para mí, que tengo una particular concepción de la realidad y del universo, ¿Hay alguien que no tenga una visión particular del tema) La nada existe, y seremos nosotros después de la vida. La vida es un gran viaje hacia la nada. La nada es inexistencia, es ninguno, es nadie, la nada es un concepto que llevamos dentro, unido al mundo espiritual, ininteligible, inefable, la nada nace crece y vive en nosotros, no tiene, como las otras cosas una existencia objetiva, sino que es intrínseca a cada uno de nosotros.

La nada es aquello que nos estremece por lo terrible de su esencia, es la negación de la existencia, es más que soledad, es ausencia, la nada es lo que nos causa la angustia existencial, la nada es lo que nos hace angustiarnos por nada, la nada hace que los hombres nos rebelemos y tengamos esperanza. Porque el hombre puede sobrevivir en el dolor, incluso sobrevivir en el infierno, si este existiese, y estoy seguro, que puesto a elegir entre este y la nada va a preferir al primero.

viernes, septiembre 18, 2009

El Changai


Es de madrugada, el frio inclemente del mes de septiembre cala los huesos, me acomodo en el asiento de madera del tren, el que se encuentra helado y duro; lentamente comienzan a llegar los pasajeros, y el carro se va llenando; aunque como de costumbre nunca estará completamente lleno, ya que los estudiantes que vamos desde Victoria a Temuco no alcanzamos a completarlo. Este recién empieza a llenarse en Cajon, después de haberse detenido en Perquenco y Lautaro.

Por la ventanilla, miro el redondo reloj de la estación que marca las 5:45; afuera, la niebla se esparce sobre el andén y lo oscurece; las luces, mortecinas, parecen cansadas de alumbrar y su luz amarillenta da a las personas un aspecto espectral; la gente, escasa a esa horas, entumecidas por el frio característicos de Victoria que los hace empequeñecerse, caminan agachados como embutidos en sus chaquetones. El único que no tiene prisa es el guarda-estación, el que abrigado en su negro chaquetón recorre con indiferencia el andén y mira despreocupado el paso de los escasos pasajeros.

Es el año 1973 y me encuentro sentado en uno de los asientos, de los dos únicos carros que tiene el tren, el que hace su recorrido entre las estaciones de Victoria y Temuco. El tren, dispuesto por las autoridades de la época para uso casi exclusivo de los estudiantes después de varias huelgas y desordenes que hemos protagonizado, hace su recorrido partiendo a las 6 de la mañana desde Victoria y llegando a Temuco a eso de las 8. Y regresa a las 5:30 de la tarde. Al parecer los trenes no tienen prisa ya que en cubrir los escasos 65 kilómetros que separa a las dos ciudades se demoran casi dos horas.

Los estudiantes, debido al pobre aspecto del tren, lo hemos bautizado El Changai. Tiene este tren una locomotora de vapor, vetusta para la época, y dos carros de segunda clase que sobraron de algún tren más importante y que Ferrocarriles del Estado ha dispuesto para nosotros.

Los que viajamos, casi todos nos conocemos, o nos hemos vistos alguna vez, aunque muy pocos son amigos, la mayoría son egresados del liceo de Victoria y estudian en la sede que la Chile tiene en Temuco, van siempre conversando y son bulliciosos. Nosotros los de la UTE, mas pobres y menos numerosos, somos, en gran parte, egresados de la escuela industrial y casi siempre vamos en silencio.

De pronto, lo que temía, emerge un piquete de soldados, son unos siete, los que a su paso hacen retumbar el solitario andén y antes de que el tren parta, se suben a él, Todo el carro se inquieta y en forma perentoria nos ordenan identificarnos. Sabemos que los soldados buscan personas comprometidas con las ideas de izquierda, o partidarios del recién derrocado gobierno de Allende, por lo que todos los que profesamos esas ideas, la mayorías en el carro, temblamos de miedo cuando vemos aparecer una patrulla. Uno a uno nos revisan. Me hacen levantar los brazos, y sin contemplaciones me empujan hasta que, para no caerme, atolondrado por el miedo, tratando de controlar mis nervios, coloco mis manos en la ventana. Me chequean para ver si llevo algo comprometedor: una arma, un libro, que se yo, luego ya satisfechos pasan al siguiente. Veo como a uno de los estudiantes lo bajan a empujones y se lo llevan. La muchacha que viajaba con él, una rubia de hermosos ojos azules, callada y taciturna, rompe en llanto y contagia con su miedo a las otras mujeres, las que se acurrucan y sollozan, Luego, cual manada de Ñuz después de que un león tomó su presa, el carro se fue acallando y quedaron solo los susurros.

Yo conocía al muchacho que se llevaron, había estado con él en una reunión respecto a la ENU (Escuela nacional Unificada) y agradecí el momento en que no quise involucrarme más en su difusión. Por lo que deduje que mi nombre no había sido registrado y gracias a ello ahora me estaba salvando de seguir la misma suerte de varios conocidos.

Este espectáculo viene repitiéndose desde hace ya varios días después del 11 y con tristeza, y con temor, hemos notado la ausencia de varios de los que viajábamos frecuentemente, eso me recuerda un poema de Bretch y espero que no vengan por mí. Ya tengo la certeza de que no lo harán, pues ya han revisado mi casa y la pensión donde me hospedo en Temuco y al parecer no han encontrado nada comprometedor. Además, ya me han revisado varias veces, y esto se está volviendo rutinario.

Mas tarde, con un silbato estremecedor, la locomotora resopla, llena de vapor el ambiente, y luego cual un dragón triste y melancólico, bufando a regañadientes, comienza a moverse. Después, ya los primeros rayos del sol comienzan a aparecer y el día deja ver que ha llegado la primavera. Adentro, aun reinan las tinieblas y el miedo, miedo que nos acompañará durante gran parte de nuestra juventud

UN ECO

En una tarde de junio
Fría como tu mirada
Te dije adiós y
Deje de ser yo
Para convertirme
En eco entre las rocas
Te dije adiós y
Me despedí de mi alegría
Y quede retumbando
Triste y moribundo
Y ya no soy más que un eco
Que irá a morir
En una
Nublada lejana sola
Montaña escondida
Y ya no seré más un eco
Sino que seré el olvido
Entonces, olvidado y solo
Volveré a ser el mismo.

jueves, agosto 20, 2009

¿Existe el paraíso?


El paraíso está presente en todas las culturas. Los hombres desde siempre han imaginado que existe un lugar idilico donde se descansará después de esta vida. Los griegos se imaginaban que el paraíso era el Jardín de las Hespérides, los babilonios se imaginaron un jardín donde la caza era fácil y la vegetación hermosa; lo mismo los indios norteamericanos imaginaron el paraíso como un lugar idílico donde proliferaban los bisontes y la caza era abundante. En fin. Cada cultura tiene una idea del paraíso. Ahora bien, ¿qué tiene de común el hombre de las cavernas, los babilonios, los salvajes, y el hombre moderno que dieron luz a esta idea que nace en las oscuras cavernas, atraviesa las civilizaciones y dura hasta nuestros días? La respuesta es: el hombre. Si, el hombre es el factor común; el que, con sus angustias y alegrías, con sus dichas y desvelos, teje con la lana de la esperanza el manto de ilusión que lo protege de la inclemencia de su destino. El hombre que comprueba con desolación que la vida no es más que un largo peregrinaje por el dolor y que toda su existencia está condenada a acabar un día estrellada en el acantilado del olvido. Es el hombre que al constatar lo efímero de su existencia, lo fugaz de su ser, menos que un pestañeo en el devenir de los tiempos, trata de dar trascendencia a su corta vida, es el hombre en busca de la inmortalidad que, amando a la vida como es, se niega a la condena de anonimato y olvido.

De esta angustia, de este renegar del olvido, de esta necesidad de dejar huella, nace la perspectiva de la resurrección, como una retribución a las tribulaciones de la vida, en un lugar idílico; en una vida, ahora, liberada del sufrimiento, alejada del dolor, y ya eternamente feliz. Es entonces, el paraíso, el resultado del anhelo de compensación al dolor de la existencia, es la perspectiva de un mañana feliz. Porque el hombre, ya lo dice Vargas Vilas, puede vivir y vive en la desventura, pero, no puede vivir sin la esperanza, porque el funda su existencia en esta y cuando esta se acaba, cuando ya no hay esperanza, el hombre pierde su sustento y ya es menos que una gota de lluvia en la tormenta.

Pero, ¿Responde esto nuestra pregunta?, ¿Existe el paraíso? Ante esto debemos decir que no es necesario que las cosas existan para que estas sean realidad. La realidad, en verdad, es más compleja de lo que se aprecia. Algo existe no porque tenga existencia objetiva, sino que existe porque alguien tiene conciencia de su existencia. De hecho, el mundo existe solo mientras yo viva, si muero, el mundo dejará de ser para mi, independiente de que para otros el mundo siga ahí. Entonces, hecha esta disquisición, concluimos que el paraíso, como todas las cosas, existen mientras haya hombres que crean en el. Ya que el paraíso existe en su conciencia aunque lo niegue su inteligencia. Ya que, para todos, en su secreto sentir, en su más recóndito anhelo, desea que este exista; porque sabe que si no existe, entonces toda su vida no tiene sentido, y no tiene más valor que la vida de un insecto o la existencia de una roca. Y créanme, se tiene que despreciarse mucho para pensar que es así. Porque, puesto a pensar, ¿cree usted que su vida vale más que la de una mosca?

martes, julio 07, 2009

Mi destino

Hoy, al dirigirme a mi trabajo, a mitad de camino encontré a mi destino. Simplemente ocurrió que me encontré con él, no es que lo hubiese buscado, si no que, como la mayoría de los sucesos, solamente ocurrió de improviso. No se puede decir que yo sea una persona particularmente interesada en mi destino, no, solamente que me lo encontré o mejor dicho: nos encontramos. Venia él apurado, me pareció que llevaba prisa. Yo que voy por la vida sin apuro, me detuve y lo saludé.

Mi destino pareció reconocerme, me saludó entre frio y afectivo, en realidad, no pude determinar si se alegraba o no de verme. El se detuvo a conversar un rato conmigo y como yo no he tenido mucho interés en él, no me mostré muy interesado en su charla; así es que enfrentado a mi destino, con cierta resignación me dispuse a conversar con él. Este, a veces, me pareció muy amable. Quiero decir que a ratos, mi destino se mostraba abiertamente amistoso, y seductor, me pareció un encantador de serpientes, o, una sirena, que, según dicen, seduce y confunde a los marineros que las escuchan hasta el punto de perderlos irremisiblemente. Me habló de los planes que tenia para el futuro, de lo esplendoroso que esperaba que este fuera, elucubró sobre una infinidad de temas y en tono declamatorio me invitó a seguirlo.

Y mientras estábamos en coloquio, mi destino se comenzó a mostrar francamente autoritario y avasallador, y por momentos me pareció que no me invitaba a seguirlo, sino, que por el contrario: me ordenaba seguirlo, como un Aníbal de mano de hierro ordenaba a su tropa, o como Moisés se hizo seguir por los judíos. Este aire imperioso de mi destino me disgustó, y por un momento estuve tentado de pedirle que cambiara de actitud y fuese más condescendiente, pero, no fue necesario, ya que este, pareció adivinar mis pensamientos y cambió de estrategia y en un tono paternalista me habló de las bondades de seguir mi destino sin reclamar. Me dijo que el negar mi destino conduciría a mi espíritu a la desdicha, y acarrearía penas a mi alma, al vivir eternamente renegando de mí sino.

Escuché su perorata en silencio, pero, dentro de mí una franca antipatía por mi destino comenzó a nacer y a crecer hasta que se transformó en aversión y luego en cólera, hasta el punto que lo increpe fuertemente y le hice ver de mala forma mi disconformidad con el, ya que considero que este no ha sido todo lo benigno que yo hubiera deseado que mi destino fuera conmigo. Mas, de inmediato me arrepentí, y cambié de actitud, a fin de evitar su ira, temiendo que en el futuro, en un acto de revancha, él fuera aun más duro conmigo. Le explique, a modo excusa, que no me encontraba enojado con él, que agradecía su deferencia al haberme dado momentos de franca dicha y le dije que comprendía y perdonaba los momentos de dolor que había vivido. Pero, el pareció adivinar que lo decía solo para agradarlo.

Y así, como dos amigos que se encuentran y que conversan solo porque en el pasado se compartieron momentos felices, intercambiamos una palabras más y después ya no había nada que hablar entre nosotros. Como en esos momentos, siempre incómodos, en donde los parlantes enmudecen y no saben cómo retomar el hilo de la conversación, así, nos encontramos mi destino y yo. Luego me dijo que estaba apurado, y que como todos los días, tenía que hacer algo urgente. Me explicó que lamentaba el no disponer de más tiempo para la charla, pero, qué otro día podríamos juntarnos a hablar sin apuro. Eso a mí me pareció una excusa para alejarse, y una forma de demostrar el escaso interés de el por mí, por lo que no quise hacer comentario alguno y tampoco hice ningún esfuerzo por retenerlo; nos despedimos sin efusión y lo deje marchar. Luego, rápido como venia cuando lo encontré, se alejó. No me invitó a seguirlo, más bien me pareció que se marchaba disgustado. En fin, esta actitud no me apenó sino más bien me desagrado, miré como se alejaba y pensativo y preocupado me dije que había perdido la oportunidad de conocer más a fondo a mi destino, me dije que debí haber sido más educado y comedido con él; que debí haberle dicho lo mucho que apreciaba todas sus deferencias hacia mí, en vez de mostrarme indiferente ya que es muy probable que no nos volvamos a encontrar y que andemos siempre separados.

Preocupado y levemente entristecido, decidí seguir mi propio camino. Si otro día vuelvo a encontrarme con él, indudablemente seré más condescendiente; si no, si nunca volvemos a vernos, si ya no nos encontramos jamás ¿Tendrá eso importancia? Al fin y al cabo, siempre hemos sido unos desconocidos ¿Porqué ahora debemos fingir que nos apreciamos?

domingo, junio 21, 2009

Los Zapatos


Anteayer, después de mucho tiempo, resolví que ya era hora de cambiar mis desgastados zapatos, por lo que decidí comprarme unos nuevos. Entré en una zapatería y sin muchos regodeos adquirí un calzado que me pareció adecuado. Me los puse y me calzaron de inmediato, parecían que fuesen hechos a mi medida. Salí, entonces, de la tienda con mis nuevos zapatos. Eran estos una delicia, mis pies parecían no necesitar hacer esfuerzo para caminar. Y me encontré caminando mas rápido que de costumbre y noté que este hecho no me cansaba. Mi caminar era ligero, liviano y placentero. Por lo que, después del medio día y mientras me dirigía a una cita de mi trabajo, en la calle de Solano, caminando rápido y ensimismado, me sucedió algo extraño. Levanté la cabeza y no pude reconocer el lugar donde me encontraba, perturbado y sin comprender como llegué ahí me detuve. Mire los edificios tratando de reconocerlos y luego, para ubicarme, decidí acercarme al la esquina para ver el letrero con el nombre de las calles. Llegue allá y pude constatar que me encontraba dos calles mas alejado de donde debiera estar. Entonces decidí sin más cavilaciones corregir el problema y caminar a la calle Solano, pero, pronto me vi caminado en sentido opuesto. Extrañado de esto, decidí volver mis pasos hacia donde debiera, pero nuevamente me encontré caminado en sentido contrario.
Contrariado por este hecho y viendo que se me hacia tarde, encaminé, ahora decididamente mis pasos a la calle correcta, pero, mis pies no me obedecieron y me encontré doblando por la avenida, alejándome de la calle a donde iba. Extrañado por el hecho de que mis pies no me siguieran, decidí sentarme un rato para analizar el caso. Me acerqué a un escaño y me senté, pero, pude observar que mis pies se movían aunque yo no quisiera. Tal como si se mandasen solos.
Extrañado del hecho de que mis pies tuvieran voluntad propia, me quedé lo mas quieto posible y rigidicé mis piernas, pero, mis pies volvieron a moverse.
Me pareció como si la gente se volviera a mirarme y este hecho me avergonzó, y pensé que seria ridículo ver a un hombre de mi edad sin poder manejar sus pies. Así es que decidí, mantenerme en movimiento.
Por lo tanto, me deje llevar por los zapatos, toda la tarde estuve vagando. Ajeno a los problemas cotidianos, pude dedicar la tarde a la contemplación y al ocio. Miré las vidrieras de los almacenes, la gente que caminaba presurosa, las palomas de la plaza, el bus repleto de gente, la guardia de palacio… en fin.
Y así transcurrió el día, hasta que llegó la noche, y no sabiendo donde me encontraba, y ya sin poder detenerme, seguí caminando, y llegó la aterida mañana, y me vio el amanecer pasar caminado rápido hacia otra ciudad. Luego vino el sol del medio día y me vio llegar las ciudad de la costa, luego llegó la otra noche, hasta que, hambriento y con sed y ya sin poder contenerme, me encamino ahora directo al mar, y no sé si podré caminar sobre el agua, solo sé que camino sin ser yo el que dirige mi andar. Y voy sumido en el dilema de volver a mis responsabilidades, seguir sin rumbo, sentarme en una piedra del camino, o volver al mullido calor de mi cama y descansar.
De pronto. Una idea cruza por mi mente, ¿Qué pasaría si me quito los Zapatos? A duras penas y luchando por mantener quietas mis piernas, me tiendo en el suelo y levanto los pies para que estos no puedan mover mi cuerpo, y pataleando como un gigantesco insecto, logro asir uno de los zapatos y después de un arduo trabajo, al fin puedo quitarlo de mis pies, lo dejo a un lado y de inmediato acometo la tarea de sacarme el otro, el que parece adivinar mis intenciones y se mueve furibundo. Logro, después de infinitos esfuerzos sujetar el zapato y por fin, de un tirón me lo saco. Mis pies, entonces, antes tan ligeros, parecen ahora pesar unas toneladas, los dejo caer en el suelo y largo rato estoy ahí tirado tratando de recuperar mi aliento,
Los zapatos parecen mirarme y por un momento creo que me acometerán dándome unas zapateadas, pero no es así, ellos se quedan tal como están, sin vida, inmóviles, cuales trastos viejos,
Mientras tanto, ya un poco mas recuperado, me siento, y me pongo a cavilar, mis pies pesan demasiado, y medito qué camino seguir o que acción tomar, en eso estoy varias horas, hasta que, al fin, he tomado una decisión.
Vuelvo entonces a ponerme los zapatos, los que se muestran ansiosos de salir a caminar, ¿a dónde? No lo sé, solos se que debo caminar. Siempre he creído que la vida es un largo deambular, por lo que ¿Qué mejor que ir por la vida caminado con un cómodo calzado? Y me nace una interrogante ¿Al final, tendrá importancia el lugar donde lleguemos?

sábado, mayo 23, 2009

Pasajeros: Al tren


A veces, afortunadamente no muy frecuentemente, me siento deprimido, y una leve depresión me asalta, a la sazón, me torno nostálgico. Y más emotivo que otros días. Por algún motivo, hoy es uno de esos, y no sé por qué razón me acuerdo de mis 17 años. Al final de los años 60 e inicio de los 70. Años convulsionados, en que chile se partió en tres. (Contrario a la idea general, aunque políticamente el mundo se dividió en dos, en chile existían y existen tres corrientes políticas) Fueron para mí, esos años, una época de viajes, muchas veces viajé a Puerto Mont y Santiago. Siempre en Tren.


En esos tiempos, el tren era la forma de movilizarse dominante. Recuerdo que en mi niñez, nuestra entretención, en mi pequeño pueblo del sur, era ir a ver pasar el tren en la tarde: Era hermoso ver pasar el Flecha, o El expreso a Puerto Mont, y El Valdiviano (ese pasaba más temprano).


A mí no me fascinaba viajar, y aun no me atrae, prefiero la comodidad de mi casa a la aventura afuera de ella. Pero, como decía, en esos años viajé frecuentemente, por motivos de trabajo, (ya a los 14 años acompañaba a mi padre a sus faenas) por lo que el tramo Rancagua-Victoria o Chillan- Victoria lo conocí muy bien, recuerdo al conductor decir, “próximas estaciones, Lolenco, Mininco, las viñas, Renaico… boletos por favor”.


Y el tramo Victoria- Osorno, o, Victoria- Puerto Montt. Recuerdo haber estado varias veces parado en Antilhue viendo hacer transbordo a Valdivia.


Eso fue a finales del 60, esa época fue gloriosa para el Tren, era cómodo, rápido para su época, aunque a mí, viajar en tren, me parecía viajar en una tortuga.


En los años 70 viajar en tren fue caótico, el tren viajaba repleto, los viajeros copaban las pisaderas. Y hasta en las escaleras de subida viajaba gente. Recuerdo haber hecho el tramo Rancagua- Curicó, colgando en la escala, y casi muero de frio.


En esos tiempos, cuando las cosas comenzaban a escasear, y se originó el gran desabastecimiento (70-71) y se inició el Mercado Negro se produjo un enorme trafico de mercaderías en tren; los pasajeros portaban enormes maletas, las que claramente indicaban que no contenían las vituallas normales de un viajero, estas maletas copaban los maleteros, y las que no cabían en ellos se acomodaban en los pasillos y bajos los asientos.

Al igual que ocurre ahora con el Transantiago, muchos vivarachos viajaban sin pagar. Ya que en algunos tramos era imposible que el conductor pudiera ingresar a los carros, dado que estos iban repletos.

Yo, que siempre he sido aficionado a leer, esa situación me recordaba a las rnovelas rusas, de la época de la revolución. Y claramente me imaginaba que la revolución producía y sal mismo tiempo, se oponía a eso, y que se luchaba contra el hacinamiento, los empujones, la tristeza el frio y el desaliento.


En esa época, yo leía a los escritores, que la editorial Quimantú puso a disposición del público en edición de bolsillo y a un muy bajo precio, con el evidente propósito de apologizar el socialismo. (En ese tiempo, todos los jóvenes éramos políticos y muy pocos no tomaron partido) por lo que, la culpa de ese hacinamiento se la achaque al capitalismo y solo deseaba que las cosas cambiaran.


Después, por allá en el 73, vino una anarquía, nada funcionaba, todo se desordenó y un viaje en tren que duraba 9 horas y se realizaba con puntualidad inglesa, ahora se hacía en 20 o más. Los trenes nunca eran puntuales (Fiel reflejo del carácter chileno) por lo que la paciencia del viajero se ponía a prueba en estoicas e interminables esperas.


Algún día, tocaré el tema del abandono lamentable de nuestros trenes y cómo fue que en estos treinta años; aquella vía que fue la columna vertebral del país, se encuentra abandonada y en estado deplorable. Y para nosotros los nostálgicos esto es triste, ya que la conocimos y la recorrimos en sus tiempos de gloria.


De esa época es la historia que les dejo, ojalá les guste, son recuerdos adornados con ciertas licencias que se permiten los narradores.

viernes, mayo 22, 2009

Sabor a salado


El tren, con su lento galopar, y su chacachá monótono y aletargante se menea de un lado a otro. Ya van dos horas desde que lo abordé. Aburrido, mirando el verde del sur; las quilas se transfiguran al pasar frente a la ventana, las ramas de los arboles casi tocan los vidrios. Y el tren con su lento e interminable balanceo parece mecerme. Me da la sensación que el tiempo se estancara, y bostezando, veo a través del vidrio de la ventanilla, como se deslizan las casas, los arboles, mas allá los rebaños de ovejas, por acá unas vacas sortean el calor a la sombra de los robles, y los trigales, aun verdes, parecen resignados bajo el sol calcinante que lo madura y seca...

El día, particularmente caluroso, está claro, de un azul añil intenso, sin una nube y con 28 grados.

El carro, de segunda clase, está casi lleno; los pasajeros, casi todos contrabandistas del mercado negro; aburridos, unos conversan y otros, despreocupados, miran por la ventanilla. Sin aire acondicionado, sentado en los duros asientos, todos estamos transpirados.

Frente a mí, hace rato, una muchacha me mira con curiosidad, yo clavo mi mirada en sus ojos, ella sostiene, sin inmutarse, mi mirada. Dentro de mi algo se despierta; de un momento a otro, ya no siento la monotonía, una leve excitación me invade y me inquieta. Vuelvo a mirarla, y ella baja sus ojos.

Tomo valor, y pregunto - ¿a dónde va?

Se sonroja y me contesta - A Valdivia. ¿Y usted?

Y empezamos a charlar, la morena, un tanto gordita, animada y sudorosa por el calor del coche donde vamos, resultó ser, como la mayoría de las mujeres, conversadora. Alegre y despreocupada, viaja con su hermana y su madre, las que van en el asiento de más atrás.

Su pelo, largo y negro refleja el sol de febrero que entra por la ventana y rebotaba inclemente en su cabeza. Y sin querer, o como sea, me siento atraído por ella, que sin ser hermosa, me resulta atractiva; tiene ella la candidez de una colegiala y el atrevimiento de una mujer. Sus dientes blancos, sus hermosos labios y sus ojos almendrados y ligeramente ovalados, le dan a su rostro la belleza típica de las muchachas de ascendencia mapuche.

En Loncoche, el tren, como de costumbre se detiene, y al detenerse, pareciera que con él se rompe el hilo de nuestra plática y largo rato estamos en silencio, contemplado a la gente que, despreocupada y curiosa, sin otro pasatiempo en el pueblo, viene a ver el paso del tren.

Me hundo en esos acostumbrados mutismos, tan frecuentes en mí. Y a ella, parece no importarle mi silencio y mira indiferente la estación del tren. Mas allá, unas cabras, montadas en las puntas de las estacas del cerco están contemplando, al igual que los curiosos del pueblo, como el tren pasa.

A ella, el espectáculo de las cabras le llama la atención; me lo comenta entusiasmada y levantándose, ella saca su cabeza por la ventana. Noto que mis piernas quedan entre las suyas y a medida que transcurren los minutos ella se acerca cada vez más a mí, hasta el punto de tocarme y ya abiertamente empuja mis piernas contra la pared del carro, Yo, entre excitado y curioso, no sé si poner más atención al espectáculo exterior o contemplar abiertamente sus caderas, las que quedan a la altura de mis ojos.

Su vestido de verano, ajustado, delgado y casi transparente, permite adivinar el contorno de sus glúteos, y sus pechos, abundantes, cuelgan provocadores, ella, parece ignorar mis pensamientos y ríe mientras me comenta las travesuras de los caprinos, e, inconsciente o no, desliza sus piernas y las frota contra las mías.

Ella se cansa del espectáculo y vuelve a sentarse, yo me levanto y estiro, y me dirijo a la pasarela del tren y luego, desciendo y camino un rato por el anden. La brisa caliente, seca un poco mi mojada camisa, y me refresca. Aburrido, miro a uno de los chivatos que, haciendo gala de equlibrista está sentado sobre un poste del cercado, se me ocurre tirarle una piedra para espantarlo, pero, un pitazo me advierte que el tren partirá y presuroso me vuelvo a trepar en él. En la pasarela, está ella, que me sonríe. Y nos quedamos de pie mirando por la puerta como pasan frente a nosotros los arboles de los bosques: las nalcas, los boldos, los maquis…

No entramos al carro, y nos quedamos en la pasarela entre un coche y otro. El aire que entra por la puerta parece quemar, y tengo la sensación de que el calor hubiera aumentado. Yo le digo que tiene unos lindos ojos, y ella agradece, coqueta, con una sonrisa. Yo me acerco un poco y ella se apoya en la pared, como esperándome. Ambos sabemos que se acerca un túnel, y entre bromas vamos dando tiempo al tren para que llegue a él.

De pronto: la noche, todo se vuelve oscuro, yo avanzo y me aprieto contra ella, mis manos toman su cara y busco, ansioso, sus labios. Ella responde a mi beso abrazándome con fuerza y con un gemido se encoge de placer. Yo me enciendo, y mi boca desciende buscando su seno, y beso apasionadamente su pecho. Ella gime. Impetuosa, me dice: Mi amor. Entonces, el sabor salado del sudor de su pecho me sube por la boca, me repugna y me repliego. Ella nota mi rechazo y se aquieta. Después, nuevamente la luz, le sonrío, y ella se sonroja, ya no hay encanto. Algo se ha roto entre nosotros.

Volvemos a nuestro asiento, ella callada, lejana y silenciosa, parece avergonzada y triste, ya no me mira desenfadada, sino que evita mi mirada. A continuación, y sin hablarme, se levanta y se va a otro asiento. Yo me quedo solo, callado y pensativo; ya no estoy aquí, ya he echado a volar mi imaginación y refugiado en mis cavilaciones, contemplo sin ver, el pasar del paisaje.

No se cuanto rato transcurre, mas, de pronto ya estamos en Antilhue, es el lugar del transbordo; Los que vamos más al Sur, nos quedamos, los demás descienden presurosos y se encaraman al tren que espera en la estación. El carro se queda casi vacío. Miro por la ventanilla, al otro lado del anden, "El Valdiviano", ya está listo para partir, suena su pitazo, y resoplando, cual elefante asmatico, comienza a moverse; ella pasa frente a mi, va seria y pensativa; la miro, por un instante se cruzan nuestras miradas, levanto mi mano y agito mi palma en el adiós, ella, como dudando, timidamente levanta su mano, y me parece ver en su rostro grave, una sonrisa.

jueves, mayo 21, 2009

¿El Universo es infinito?


Si usted viajara, imagínese, al confín del Universo, allá donde los teóricos dicen que limita con la nada, si pudiera hacerlo; entonces el universo tendría fin y no sería un universo infinito, en estas condiciones, el universo tendría forma. ¿Cual forma? No interesa, pero, tendría forma. Ya que todo lo finito posee, necesariamente, una forma.

Ahora bien, supongamos que el Cosmos fuese infinito, ¿qué forma tendría? : Ninguna, ya que al ser infinito, forzosamente es amorfo, usted podría avanzar y avanzar hasta que se acabe el tiempo, pero, al ser el Universo infinito, entonces el Tiempo es eterno, por lo que si usted fuese eterno, podría toda la eternidad recorre el espacio para buscar sus confines, y sería inútil ya que este no tiene fin.

Ahora bien, si usted no puede encontrar el fin del Universo, ya que este es infinito, entonces ¿Dónde está el inicio? Usted podría, entonces tratar de buscar el inicio (Algunos se imaginan el Universo como una esfera, y buscan el centro, como si este fuese el inicio) pero, sería una búsqueda inútil, ya que al ser infinito no tiene centro. Por lo tanto. El inicio de este también es infinito, de lo que se deduce que el Universo no tendría principio ni fin.

Si el universo, es infinito, entonces, todo en él es infinito, la materia y la energía serian infinitas por lo tanto, da lo mismo cuanta materia se degrade o cuanta energía se consuma, ya que estas son infinitas.

Esto nos lleva a una cuestión interesante, si Dios ha creado el universo y todas las cosas, entonces el universo tiene una fecha de creación, y se podría pensar que es posible precisar la fecha de nacimiento de este. Se podría pensar que el universo se creó para siempre, pero, no es así ya que su duración dependería de la voluntad de su creador.

Pero, si el universo es eterno, si no tiene fecha de nacimiento y no tiene fecha de expiración, entonces no podría haber sido creado por Dios, ya que ha estado ahí por siempre. En tal caso, tendría unas cualidades que son atribuibles solamente a Dios: La eternidad y la infinidad.

Y… ¿se ha preguntado usted si dos entidades infinitas y eternas pueden convivir en el mismo espacio y en el mismo tiempo?

Afortunadamente, el infinito en la mente de un hombre es un concepto abstracto, que no alcanza a comprender, más bien intuye, y esto es bueno, de lo contrario caería en la locura. Por lo tanto, podría uno, para dar respuesta a lo anterior, decir que no; pero, dándonos unas licencias podríamos pensar que una entidad podría estar contenida en otra, por lo tanto el universo no sería más que una manifestación de Dios, en su infinita grandeza.

Pero, queda una duda ¿Cómo cabe un ente infinito dentro de otro que es infinito) en nuestro limitado intelecto eso no parece posible ya que el infinito no puede estar completo; si fuese así, si el infinito se llenara, entonces dejaría de ser infinito.

Por lo anterior, es más cómodo pensar que dentro de un Espacio infinito existe un universo finito creado por Dios, eso nos permite estar de acuerdo con los físicos que postulan que el universo se expande, pero que su expansión será eterna. Y así debiera ser, ya que el universo nacido en el BIG BANG se expande en un espacio infinito.

Queda solo una pregunta. Si dentro del espacio infinito, existía la Singularidad que dio origen al universo, y esta Singularidad al explotar, lanzó toda su masa y energía en todas direcciones, entonces, en el punto exacto donde esta estaba, no debe haber nada, solo debiera existir un gran espacio vacío. Para ello imagínese que el universo es un globo que se expande y que todo lo existente en el, está en la goma del globo, entonces, existe un gran espacio vacío cuyo centro seria la Singularidad.

Si ese vacío no existe, o no se ha demostrado, ¿No podríamos pensar, que a quince mil millones de años luz, existe un eterno BIG BANG que está creando materia para llenar un espacio infinito?


De lo contrario, nuestro universo será finito dentro de un espacio infinito, donde pueden existir infinitos universos. Todos ellos gobernados por sus propias leyes, todas inmutables dictadas por un creador.





lunes, mayo 04, 2009

POR UNA NUEVA TEORIA SOBRE EL UNIVERSO. ¿ EL UNIVERSO CRECE Ó SÓLO SE EXPANDE ACELERADAMENTE?

En mi articulo "Una teoría del universo" Don Martín Jaramillo ha deja do el siguiente comentario. El que me parece interesante compartir con ustedes.

En fin, se puede estar en acuerdo o en desacuerdo con lo expuesto por nuestro lector, pero, siempre es bueno conocer las abstracciones de los demás. Siempre habrá teorías para explicar el universo y a mi juicio, serán solamente eso: teorías. En esto, como en muchos temas, nadie es dueño de la verdad. Bien, pasemos a leer lo que dice don Martín.

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El Universo, entendido como todo lo que existe, (o simplemente El Todo), esta compuesto por: espacio + materia + energía + tiempo. El espacio, por simple lógica, necesariamente tiene que ser infinito y tridimensional, muy a pesar de cualquier otra teoría “científica” o de cualquier creencia filosófica o religiosa, que a veces hablan de que el espacio puede ser finito o que puede ser plano, bidimensional, o de más de tres dimensiones espaciales, especialmente para los que creen que el espacio y el tiempo fueron también creados en el big bang. Si uno cree que el espacio fue creado con el big bang tiene que creer que el espacio es finito, porque nada que alguna vez haya sido finito, que haya tenido limites, como los que tuvo el universo en la singularidad, podrá crecer hasta llegar a ser infinito; porque tendría que crecer a una velocidad infinita, lo que no es posible.

Pueden existir abstracciones que tienen principio y que son infinitas como una semirrecta, pero una semirrecta no nace en el punto de origen y va creciendo, una semirrecta no puede irse formando, una semirrecta siempre tendrá que ser y estar completa desde su origen hasta el infinito. De lo contrario nunca será una semirrecta, siempre será un segmento de recta cada vez mayor. Todo lo infinito tiene que ser eterno. Nada que sea infinito se puede ir haciendo o formando. Todo lo que crece, siempre, se podrá medir, por lo tanto nunca podrá llegar a ser infinito, por más que crezca.

Para los creacionistas y para los creyentes en el big bang no puede haber en el Universo nada eterno ni infinito, y ese es su grave problema para comprender el universo, para ellos ni siquiera pueden ser infinitas las coordenadas que definen las dimensiones espaciales, sencillamente porque se les saldrían de su espacio finito. Para ellos el único espacio posible es el ocupado por la materia-energía. Para ellos el espacio sólo puede tener la forma finita que tenga la materia-energía. Por eso se pueden imaginar múltiples dimensiones espaciales y hasta múltiples universos, a veces paralelos y hasta contenidos unos en otros.

La materia-energía es finita?

Además, otros componentes del Todo, diferentes al espacio INFINITO, como lo es el conjunto materia-energía, sumatoria esta que perfectamente puede ser finita o infinita, como hasta hoy no podemos saberlo porque hay mucha materia-energía que no se puede ver ni detectar con instrumentos por que no emite ninguna señal, tanto los defensores de las diferentes creencias como de las muy variadas teorías, podemos continuar especulando sobre si la cantidad total de materia-energía es infinita o no lo es. Parece que las mayorías de: filósofos, científicos y simples creyentes consideran que es finita, especialmente los creacinistas y los amigos del big bang.

Los creacionistas y creyentes en el big bang, todos creen y tienen que creerlo, para ser consecuentes, que la cantidad de energía–materia es finita y que además es constante ya que creen también en la ley de la conservación de la energía.

Los que no creemos ni en la creación ni en el big bang estamos divididos en dos grupos, los que creen que la totalidad de materia-energía es finita y los que creen que es infinita.

Entre los que creen que la materia-energía es finita y no creen en la gran explosión, la mayoría creen en la ley de la conservación de la energía y hay otra minoría que no creen en esta ley.

Hay otro grupo también minoritario, que cree que la totalidad de materia-energía es infinita y por lo tanto no le interesa la validez o invalidez de ley de la conservación de la energía, porque para el efecto es igual; debido a que una cantidad infinita de materia-energía más otra cantidad cualquiera que se pueda crear o menos otra cantidad que se pueda destruir, sigue siendo igual, una cantidad infinita.

Estos diferentes grupos defienden distintas concepciones del universo.

Las teorías defendidas por los grupos mayoritarios son muy conocidas, pero las TEORÍAS que defendemos las minorías, no son tan conocidas, por eso pretendemos hablar de ellas en este documento.

TEORÍAS:

Es decir, vamos a plantear básicamente dos teorías de las minorías:

1. La de los que creen que la materia-energía es finita, y no creen en la ley de la conservación de la energía. (Teoría de La gran herejía)

2. La de los que cree que la totalidad de materia-energía es infinita y por lo tanto no le interesa la validez o invalidez de ley de la conservación de la energía. (Teoría del eterno infinito).

Ambas teorías tienen bases comunes, a saber:


El espacio y el tiempo son infinitos y eternos.

El universo (materia-energía) es amorfo y tridimensional

Acerca de la forma que pueda tener el universo o el conjunto de la materia-energía conocida, dijimos que hay quienes afirman que puede ser plano o que incluso puede tener formas de objetos muy conocidos como: sillas de montar, cascos de esferas, embudos, roscas o cornetas, otros creemos que lo mas razonable es que sea amorfo o parecido a una nube o tal vez, tan irregular como un maíz tostado, de lo que si estamos muy convencidos es que debe ser tridimensional y algo irregular. No creemos en mas de tres dimensiones espaciales, porque cuando algunos teóricos, como los defensores de la teoría de cuerdas, tratan de explicar lo de las otras dimensiones espaciales, especialmente la quinta, sexta, séptima y así sucesivamente, lo que logramos entender es que se refieren a “dimensiones” como coordenadas finitas, entonces pueden imaginarse formas: planas, curvas, entorchadas, paralelas o dobladas, pero que de todas maneras no son realmente otras dimensiones espaciales, porque no son coordenadas infinitas, sino mas bien dimensiones de las partes y componentes de los seres que quieren ubicar en el espacio tridimensional. Nos parece que confunden las dimensiones espaciales generales e infinitas con dimensiones finitas y específicas de las formas, de los componentes y de las posiciones que pueden adoptar los seres en el espacio. Algunas veces, hasta, llegan a dar a entender, que el problema de las otras múltiples dimensiones no puede ser entendido por personas normales o de inteligencia normal, casi que plantean que ese es un tema de superdotados y para superdotados.

Nos ponen como ejemplo de la dificultad para comprender la existencia de otras múltiples dimensiones, el cuento de que un observador ve a la distancia un cable de energía extendido y le parece que es una línea, que sólo tiene una dimensión, la cual es su longitud. Pero para unas hormigas que caminan sobre el cable es evidente que el cable posee otras dimensiones como espesor y que además está compuesto por torones helicoidales cuyos entorchamientos resultan ser otras “dimensiones”, que sencillamente el observador no las puede comprender porque no las ve. A estos argumentos les cuestionamos; será que el espesor del cable y sus respectivas helicoidales no están ya contenidas dentro de las tres primeras y simples dimensiones infinitas, aquellas que todo los seres normales conocemos y comprendemos.

Resumiendo…creemos que nada puede existir por fuera de un simple espacio infinito y tridimensional, todo lo que logremos imaginarnos tiene que estar dentro de las primeras tres dimensiones infinitas.

La cuarta dimensión

Otro caso similar, es la consideración de Einsten y de otros científicos, que califican al tiempo como la cuarta dimensión. Creemos que no había razón para clasificarla como dimensión espacial, ya que se trata de una dimensión temporal, es decir de una dimensión de naturaleza diferente. Que problema habría para la teoría de la relatividad considerar tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal distinta a las espaciales. Creemos que el tiempo sin observadores es absoluto y lineal, pero para los observadores en movimiento que analizan objetos con movimientos diferentes, en espacios curvos y/o cíclicos, el tiempo tiene que resultar relativo, aun cuando ese tiempo no sea considerado una cuarta dimensión espacial sino una dimensión temporal y simplemente distinta.

El origen del universo

Y con relación al tema sobre el origen y el fin del universo, parece que las mayorías creen que tuvo principio, unos dicen que fue creado de la nada o de una especie de agitación del vacío y otros afirman que se originó de un extraño punto muy compacto que hizo una tremenda explosión, pero generalmente, NO nos dicen, si ese punto, al que llamaron Singularidad, fue creado o si siempre existió, lo que si aseguran es que, dentro de ese punto, cabía todo lo que existe y pueda existir, incluidos el espacio vacío y hasta el tiempo.

Claro está, que algunos religiosos que no quieren pelear con la ciencia y algunos científicos que no quieren pelear con la religión, dicen que el increíble puntito fue creado y así tratan de darle gusto a los dos bandos.

El fin del universo

Con respecto al fin del universo, la mayoría de las teorías más conocidas predicen un final apocalíptico. Unos, los amigos de hacer de la termodinámica una panacea, opinan que terminará: frío, disperso, oscuro y degradado y otros, hasta hace poco, creían que cuando el universo terminara de expandirse como consecuencia de la gran explosión volvería a contraerse por efecto de la gravedad y que posiblemente se repetiría la historia del puntito explosivo, aunque los últimos descubrimientos sobre la expansión acelerada del universo, apuntan, a que eso parece que no va ha ser posible. De todas formas para los que creen en finales apocalípticos, hasta tienen razón, si quieren ser consecuentes con sus principios, así tendrá que ser el fin del Universo, porque si para ellos la cantidad de materia-energía es finita y constante y el universo se les está creciendo aceleradamente pues entonces, necesariamente va a tener que terminar desgarrado.

Otros plantean: que el que creo el universo, simplemente, algún día, le va a dar fin y no explican por que razón.

Otros creemos que el universo, (espacio + energía + materia) incluso el tiempo, siempre ha estado ahí y que siempre estará ahí, creemos que el Todo es eterno.

Diferencias entre las dos teorías minoritarias:

1. La de los que creen que la materia-energía es finita, y no cree en la ley de la conservación de la energía. (La gran herejía)

2. La de los que cree que la totalidad de materia-energía es infinita y por lo tanto no le interesa la validez o invalidez de ley de la conservación de la energía. (Teoría del eterno infinito)

La gran herejía

La defienden los que se atreven, con algunos modestos pero inquietantes argumentos, a cuestionar trascendentales principios de la física considerados hasta hoy inamovibles.

Muy a pesar de los amigos de la termodinámica y de los defensores de las cosas constantes y de las cosas que siempre se conservan, se atreven a pensar que aunque el espacio vacío es infinito y tridimensional, la sumatoria de la materia y la energía existentes en el, por el contrario, son finitas, y aunque los tilden de herejes, creen que la energía–materia está en crecimiento constante, no solamente se expanden incrementando el espacio entre la mayoría de las galaxias, sino que la materia y la energía también se reproducen, se auto procrean, incrementando su cantidad, en la medida en que colonizan aceleradamente el infinito y oscuro espacio vacío, pero sin perder densidad y reafirmando su razón de ser, que es hacer inconmensurable su crecimiento para, cada vez, llenar mas el espacio infinito durante el tiempo infinito.

Se atreven a cuestionar principios considerados vigentes, sencillamente porque con ellos no se ha podido darle una explicación satisfactoria a los fenómenos observados en el universo.

Cuales son esos argumentos para considerar que la energía se crea y que se convierte en materia y que a su vez esta crea más energía y así sucesivamente va creciendo el universo.


1. Un ejemplo es la energía potencial recurrente de las mareas, que no es el resultado de la transformación de ninguna otra energía, porque la luna no pierde permanentemente su energía cinética manteniendo alta esa marea, ese promontorio de agua atraído por la luna y que recorre el globo continuamente mientras la tierra gira. Y la tierra tampoco se desacelera disminuyendo constantemente su velocidad de rotación o su energía cinética. Esa energía potencial, del promontorio de agua, se está creando continuamente. Los generadores maremotrices, localizados en la trayectoria de esa “gran ola” generan electricidad todos los días con nuevas mareas que a su vez se crean continuamente por la gravedad de la luna. Si la luna, la tierra o ambas, tuvieran que invertir continuamente parte de su energía cinética para ser transformada en energía maremotríz ya habrían terminado colisionando.

2. Los cuerpos celestes, los asteroides, los satélites y algunas naves espaciales, son móviles, que pueden viajar aprovechando la gravedad, la inercia y el vacío, su energía cinética se renueva constantemente, se crea, es producto de las circunstancias, de la trayectoria del móvil y de las propiedades gravitacionales de la materia y no del consumo o transformación de otro tipo de energía. Más bien es la aparición recurrente de una serie de energías potenciales sucesivas, que van apareciendo en cascada, en la medida en que el móvil en cuestión, va dejando la influencia gravitacional de un cuerpo celeste y se introduce dentro del campo gravitatorio del siguiente. Esa trayectoria seguida por el móvil puede ser circunstancial y las cantidades de energía potencial y de energía cinética resultantes pueden ser muy diferentes, dependiendo de si el móvil choca con alguno de los cuerpos celestes o les pasa cerca logrando evitar la colisión, continuando su viaje. Las energías potenciales gravitatorias se crean en la medida en que sucede un hecho específico, como lo es, el que una masa se introduce dentro de un campo gravitatorio. Si la cantidad de energía fuera constante, la cantidad de energía resultante en este ejemplo no dependería de las circunstancias o de la trayectoria seguida por el móvil. Si el móvil no choca resulta más energía potencia y cinética que si choca.

3. Algo similar ocurre con las energías potenciales magnéticas que pueden aparecer o no aparecer dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo si un cuerpo ferromagnético cae por casualidad dentro de un campo magnético o no lo hace. Si lo hace resulta más energía potencial magnética que la que habría si el hecho no ocurre. Si la cantidad de energía fuera constante, la energía resultante no debería depender de la casualidad o de la aleatoriedad de que el hecho ocurra o no.

4. En los grandes cuerpos celestes, especialmente en los sólidos, que se han ido formando a lo largo de miles de millones de años, debido a la acumulación de materia por la atracción de la gravedad, en su interior se genera, de forma permanente, una gran cantidad de energía térmica, debida a las grandes presiones que alcanzan a acumularse en su interior. Podríamos suponer que esa energía calórica es el resultado de la transformación de la energía potencial gravitatoria que poseían las masas que han ido impactando al cuerpo celeste durante todo el proceso de formación. A la luz de la ley de la conservación de la energía, la energía térmica resultante debería ser igual a la sumatoria de las energías potenciales gravitacionales que tenían cuando eran atraídas todas y cada una de las partes que han conformado el cuerpo celeste. Pero es evidente que estas dos energías no son iguales.

Explicación:

La sumatoria de las energías potenciales gravitatorias que poseían las masas que han ido impactando al cuerpo celeste durante todo el proceso de formación es una cantidad limitada, es limitada por las magnitudes conmensurables de sus masas y sus aceleraciones y siempre serán cantidades de energía potencial finitas.

Si el cuerpo celeste en cuestión no es destruido por ningún evento cósmico y perdura en el tiempo, mientras exista, se estará generando permanentemente la energía térmica en su interior, o sea que sería una generación de energía calórica por tiempo indefinido, por no decir eterno, más bien digamos que es una fuente inagotable de energía.

No toda la energía térmica generada dentro del cuerpo celeste se debe a los impactos. Una cantidad limitada de energía potencial no se puede transformar en cantidades ilimitadas de energía térmica.

El calor producido eventualmente por los impactos en la corteza externa se dispersa en un tiempo determinado y el calor permanentemente producido por la presión interna se dispersará continuamente durante un tiempo indefinido mientras subsista esa presión interna, o sea mientras exista el cuerpo celeste.

La temperatura generada constantemente por la presión interna es mayor que la temperatura generada ocasionalmente por los eventuales impactos externos. Por lo tanto los grandes cuerpos celestes crean energía térmica como consecuencia de su gran masa acumulada y no es esa energía térmica el resultado de la transformación de otra energía, ó … ¿Cuál sería? …Si no hay otra energía, la ley de la conservación de la energía no puede ser válida.

La materia, por su naturaleza, tiene las propiedades físicas necesarias y suficientes para crear energía: La materia tiene masa, entre dos masas existe la atracción de la gravedad, además como también existe la inercia y existe el vacío y con el, la falta de fricción, y esas son las condiciones suficientes y necesarias para que existan los movimientos gravitacionales. Cuando se equilibran las velocidades de los cuerpos con sus masas y por ende con sus fuerzas de atracción, los movimientos orbitales resultantes son continuos y permanentes, y donde hay movimiento continuo hay energía cinética continua. Si el cosmos genera movimiento continuo inagotable, también genera energía cinética permanentemente. La energía cinética es la energía del movimiento. El universo se mueve y todo dentro del universo se mueve y se mueve gracias a la energía, y se mueve, cada vez, a mayor velocidad, se mueve expandiéndose aceleradamente, cada vez con mayor energía.

Los sistemas orbitales son generadores naturales de energía.

5. En un planeta rocoso de topografía quebrada y con atmosfera, que rota rápidamente sobre su eje, pero que no tiene un astro cercano que le irradie calor, su atmosfera, por no ser rígida, se moverá tratando de seguir la rotación del planeta, pero a menor velocidad, debido a que la capa inferior de la atmósfera es agitada o impulsada por los relieves de la superficie del planeta. En las crestas de las montañas a lo largo de su línea del ecuador se presenta un viento permanente que, con respecto a la superficie, se mueve en sentido contrario al de la rotación planetaria. Si se instalan molinos de viento con generadores a lo largo de la línea del ecuador, se puede generar energía eléctrica indefinidamente. Esa energía eléctrica generada por los molinos de viento y sus generadores no es el resultado de la transformación de ningún otro tipo de energía, porque los cuerpos celestes que rotan sobre sus ejes no consumen ni requieren ningún tipo de energía, porque su rotación se debe a un movimiento inercial en el vacio donde no hay fricción entre la atmósfera y el espacio vacio circundante y su energía cinética asociada a su rotación no se disminuye al instalar los molinos de viento. Razón por la cual la energía eólica obtenida es energía nueva, es energía creada. La cantidad total de energía será mayor si se instalan los generadores eólicos y será menor si no se instalan. Por eso la Ley de La Conservación de la energía no es válida porque la cantidad de energía no es constante sino que varía con las circunstancias.

Los defensores de esta teoría (La Gran Herejía) plantean que la naturaleza y el universo crean energía, aunque el hombre no haya podido desarrollar artificialmente el motor de movimiento continuo. La naturaleza si tiene motores naturales de movimiento continuo. Un cuerpo celeste que gira continuamente por inercia en el vacío, con materiales conductores como componentes de su estructura y con su propio campo magnético, como hay tantos, es, sencillamente, un motor generador de energía. No será eso lo que sucede con las estrellas de neutrones que tienen un gran campo magnético y que giran a gran velocidad y generan y emiten incalculables cantidades de energía electromagnética.

Por eso se considera que el hecho de haber elevado a principio de la física la ley de la conservación de la energía, fue una ligereza que debe reconsiderarse. Amigos de la ciencia no se aferren a inamovibles, a lo absoluto, a lo constante, a lo estático, al conservacionismo, esa práctica dificulta la búsqueda de la verdad.

La primera afirmación de la ley de la conservación de la energía, dice que la energía no se puede crear y la segunda afirmación, dice que tampoco se puede destruir y que solamente se puede transformar en otras formas de energía. Y la ley se complementa con el planteamiento de que la energía se degrada al transformarse en calor disipado con bajas temperaturas que no se puede reutilizar.
Lo que sería cierto si el universo no tuviera sistemas de reciclaje de la energía degradada.

De acuerdo con la ley de la conservación de la energía, en todos los procesos de transporte y de movimiento, la energía invertida, solo tiene dos alternativas:

1. Que la energía invertida se transforme: una parte en algún otro tipo de energía potencial y que la otra parte, se degrade en forma de calor, debido a las fricciones del cuerpo transportado, ya sea fricciones con el aire o con el piso o internamente en rodamientos.

2. Que la energía invertida se degrade toda, cuando el cuerpo transportado no gana una nueva energía potencial o pierde la que pudiera haber tenido.

Como es prácticamente imposible comprobar y medir, como en un laboratorio, toda la energía calórica, hasta la más mínima fracción de grado de calor, que pueda producirse en todos los procesos de fricción susceptibles de presentarse asociados a las energías cinéticas de todo lo que se mueve en el universo, es por eso que no se puede demostrar en la práctica la validez o invalidez de la segunda afirmación de la ley de la conservación de la energía. Ante esta dificultad y falta de pruebas, consideramos que afirmar una u otra cosa es más especulación teórica que fundamento para una ley. Algunos nos atrevemos a creer que puede ser posible que una buena parte de la energía, que hoy se cree que se degrada, pueda llegar a destruirse, o transformarse en una especie de trabajo realizado o como una magnitud comparable con las magnitudes de la energía invertida. Pero no tiene como mucho sentido discutir sobre algo que definitivamente resultaría especulativo.

De todos modos si asumimos como verdad lo de que… la energía no puede destruirse y que solo puede transformarse y/o degradarse como sucede con la energía cinética involucrada en todo tipo de movimiento, y que hasta donde sabemos todo esta permanentemente en movimiento, lo que trae como consecuencia, que, de todas maneras, todos, creyentes y no creyentes en la ley, tenemos que aceptar que la energía degradada a través del tiempo ha sido mucha, muchísima energía. Además debemos tener en cuenta toda esa energía que permanentemente irradia y que siempre ha emitido toda la materia visible. Esa gran cantidad de energía (luz y todo tipo de ondas electromagnéticas) se irradian en todas las direcciones y viajan por el espacio.

Será que nos hemos preguntado: ¿qué sucede con toda esa energía?, ¿dónde está?, ¿para donde se va?, ¿para que sirve esa energía?. O será que, alguna vez, le hemos dado respuestas satisfactorias a estas preguntas.

Creemos que la energía degradada en forma de calor, de muy bajas temperaturas, lo que hace es mantener los sitios mas fríos del universo visible a unas temperaturas, algo superiores al cero absoluto, que es de – 273.15º centígrados ó 0º kelvin, prueba de ello, es que en ninguna parte del universo visible se han detectado temperaturas con el cero absoluto y esta situación sirve para que los átomos no pierdan totalmente su actividad interna y su volumen y probablemente hasta colapsen, eso no lo podemos saber porque, en el universo visible, es imposible lograr el cero absoluto. Estas temperaturas, producto de la degradación de la energía, aunque mínimas, garantizan que los componentes subatómicos, ya sean partículas o cuerdas, se mantengan activos, a una vibración mínima, aunque pierdan su capacidad de emitir energía electromagnética.

En laboratorios se han logrado las temperaturas más frías conocidas, más frías que las temperaturas más bajas registradas en la naturaleza, y muy cercanas al cero absoluto y se ha observado que gases como el helio prácticamente desaparecen muy cerca de los cero grados K, después de sufrir un proceso de perdida de volumen y de perdida de la actividad subatómica.

Motores naturales recicladores de la energía degradada.

De estos hechos deducimos que los átomos a nivel del microcosmos y los agujeros negros a nivel del macro cosmos tienen, como otra de sus funciones, servir como motores recicladores de la energía que se degradada ya sea en forma de calor o como cualquier otro tipo de radiación emitida hacia el espacio exterior. Tanto átomos como agujeros negros toman la energía del medio y con ella los átomos pueden mantener su mínima actividad interna, y los agujeros negros la almacenan y hasta logran convertir por acumulación, cantidades mínimas de materia-energía inservibles, hasta acopiar incalculables cantidades de masa capaces de producir grandes presiones, grandes temperaturas y grandes explosiones nucleares. El universo se recicla.


Materia oscura

Creemos que todo es energía. Que la materia es también energía. Que la materia puede transformarse en energía. Si la energía se condensa conforma la materia. La materia es energía concentrada más densa y menos activa que la energía.

Hay dos tipos de materia dependiendo de su actividad interna y de su temperatura: la materia visible o activa, organizada en forma de átomos que emite radiaciones y la materia fría, desenergizada o materia oscura, inactiva, que no irradia energía electromagnética.

En otras palabras: La materia muy fría es materia inactiva, que le falta energía para organizarse en forma de átomos y que no emite radiaciones, por eso también es llamada materia oscura.

La materia visible es materia relativamente caliente o medianamente energizada, organizada en átomos, o sea la materia conocida, es materia activa que emite radiaciones, no solo luz, como la emitida por los astros, sino todo tipo de ondas electromagnéticas y esta energía viaja por el espacio en todas las direcciones, es lógico que el espacio cercano al conjunto material conocido donde nosotros habitamos esté muy saturado de la energía radiante emitida por el universo visible y que el espacio más externo, mas distante, más grande, más frío y más oscuro, este cada vez menos saturado de radiación, allá en el espacio exterior frío está irregularmente dispersa la mayor cantidad de materia oscura, la que todavía no ha alcanzado a ser activada ni por la energía radiante emitida y enviada hacia allá por la materia activa, ni por la energía en gestación en el interior de sus múltiples agujeros negros donde se va concentrando esa materia fría y densa, en espera de su reactivación por suficiente acumulación de calor y presión y posterior explosión debida su actividad nuclear.

Una parte de la materia oscura está distribuida, en forma de nodos (probablemente agujeros negros) entre la materia visible pero la mayor cantidad de materia oscura está localizada en el espacio más exterior, orbitando como una corteza irregular que envuelve y atrae la materia visible, gracias a su mayor masa. En esa oscura y fría corteza exterior proliferan los agujeros negros, capturando la energía-materia que se escapa irradiada del universo visible.

No hay energía oscura

Creemos que NO existe la energía oscura, creemos que solo existe materia oscura, pero que es la misma materia conocida, los mismos componentes subátomicos, disponibles como materia prima para ser reactivados y construir átomos, y que mientras tanto son materia oscura, inactiva, fría y desenergizada.

No creemos que exista la antigravedad o fuerza repulsiva que sea la responsable de la expansión acelerada del universo.

El total de masa-energía del universo no puede contraerse y colapsar, porque orbita aceleradamente alrededor de su centro de gravedad con una fuerza centrifuga cada vez mayor, aceleradamente gracias al continuo aporte de energía que se incorpora como energía cinética al acelerado proceso expansivo del universo, ya sea que dicha energía, sea el resultado de la nueva transformación de materia oscura en energía o que también gran parte de esa energía, sea creada, en caso de que sea válida la gran herejía.

Esas mayores concentraciones de energía oscura localizadas irregularmente en la periferia, orbitando también aceleradamente en el espacio más exterior, ayudan a la expansión acelerada del universo conocido, arrastrando, por efecto de la gravedad al conjunto menor de materia-energía visible localizado más cerca del centro del todo.

La materia oscura no puede ocupar o saturar uniformemente el espacio vacío porque no sería posible la falta de fricción que viabiliza los movimientos orbitales de los cuerpos celestes. Sin vacío y sin inercia nada orbitaría.

Si es válida la “gran herejía” la energía se creará siempre y si es válida la teoría del “eterno infinito” la energía será infinita y siempre estará disponible.

Los agujeros negros son úteros cósmicos donde se gestan y/o reciclan las nuevas energías necesarias para la conquista futura del infinito, frío y negro espacio vacío.

El ciclo se repite indefinidamente, la cantidad de materia-energía visible será cada vez mayor y colonizará el espacio infinito y así será durante el tiempo infinito.

La materia visible, actualmente activada por la energía es solamente el 4% del limitado universo aceptado por los amigos del big bang, que es solamente lo poco que se ha podido ver. Falta mucho por hacer.

Ya sea que la energía-materia sea infinita o que se cree, porque sea valida la gran herejía, de todos modos el futuro del universo no será apocalíptico.

El universo crece y se va reciclando, por eso no habrá ni muertes térmicas ni desgarres.

La energía se crea ó la materia es infinita.

El universo conocido y visible será cada vez mas grande, cada vez se activará más materia oscura y se convertirá en materia activa, en materia visible y en energía, cada vez se iluminará más el infinito.


Martín Jaramillo Pérez
martinjaramilloperez@gmail.com