martes, noviembre 25, 2014

Así será

Así será:
Cuando ya sea mañana y se apaguen nuestras voces, se borrarán todas las palabras de amor que nos dijimos, se apagará la hoguera que nos fundía, se separarán nuestros labios y quedará solamente el silencio. Se habrá borrado nuestra huella sobre la hierba, las estrellas que miramos se volverán amnésicas y se olvidarán de nosotros y tú, invadida por el olvido, ya no te acordaras de mí, ni de esos momentos. Y en otros brazos te estremecerás con otros abrazos y serán otros los labios que te besen y otro aliento el que te queme y lo nuestro será menos que una lágrima en el océano.
Y yo me internaré en un bosque de cavilaciones donde tiene su morada el olvido y pediré que calme mis angustias con una ráfaga de indiferencia y así, de ese modo, insensible, te dejaré ir, sin sentir, sin pensar, sin mirar, sólo te dejaré ir. Y cuando en el aire ya no quede huella del perfume de tus cabellos, ni en mis labios sienta el calor de tu aliento y ya mis manos no dibujen tus contornos. Entonces volveré a recordarme ya no de ti, si no de mí a quien tuve tanto tiempo abandonado, ya que tu amor me tuvo perdido y me reencontraré y ya siendo el mismo quemaré en la hoguera de mi dolor todas aquellas cosa que nos unieron y se volverán cenizas.
Y esos residuos, junto a uno que otro recuerdo, los arrojare al infinito mar del olvido, entonces cual un preso, seré libre, libre, sin saber lo que es la libertad, y cual ciego que abre los ojos, a tropezones, extasiado de luz, inundado de miedos, comenzaré a renacer sólo para retornar al lugar de donde no debí salir y cual lobo que vuelve a su madriguera, y herido lame sus heridas, volveré y desde ahí veré como te internas en la niebla del olvido únicamente para comenzar a evocarte.
Y después, el tiempo, con la clemencia de su paso anestesiará mi alma….

sábado, noviembre 08, 2014

Mi mundo







Hay un mundo, un mundo escondido, donde no llega nadie, solo vamos tu y yo, es nuestro mundo;
nuestro rincón secreto. Existen en él algunas cosas externas, pero, mayormente se compone de cosas que tú y yo vamos añadiendo. Y añadimos pocas: unas fotos, unos recuerdos, unos suspiros, unos lamentos, unas risas. En este universo viven nuestros momentos felices, anidan nuestras caricias, y se quedan, perennes, nuestras lagrimas.
A veces llegas tú, la real, y con tus actitudes invades nuestro mundo, arrasas con él como una valquiria, y sin piedad, matas la parte de ti que habita en nuestro mundo. A veces siento que pisoteas los jardines, arrancas las flores, matas la hierba que esta germinando. Y como todo invasor victorioso te llevas de él nuestros tesoros, o mejor dicho lo que yo atesoro y lo muestras triunfante al mundo real. Y nuestro mundo (a veces pienso que sólo yo quedo en él, abandonado y compungido) se queda apagado y sin luz.  y tu, la que vive en mi mundo,  quedas moribunda, y trato de resucitarte,a punta de suspiros y recuerdos, y de apoco,como el  salvaje, que da forma a sus dioses y luego los adora,así  te vuelvo a revivir y a regañadientes vuelves a la vida, y como un Lázaro encadenado queriendo escapar te quedas en mi mundo.





















































































































Eso quiero



Yo no quiero que me quieras
Sólo quiero que me quieras
Y que por mi amor te mueras
Yo no quiero que te mueras
Quiero que me mates
Y de remate, me mates
Quiero que de amor me muera
Porque el amor si no mata 
Muere.
Yo no quiero tardes a tu lado
Ni noches juntos acostados
Ni días asoleados, ni tardes
De otoño, ni estivales
Quiero que de amor te mueras
Y al morir me mates, eso quiero

Dame la esperanza





Hazme saber si sobreviremos a esta hecatombe de cotidianeidad,
 dame la esperanza de que no zozobraremos en esta monotonía,
 tiéndeme la mano y rescátame de este océano de reiteración, 
de esta seguidilla de días gemelos, de horas iguales 
unas tras  otras en una sucesión de desencantos.
Dame la confianza para correr tras la felicidad
(siempre escasa) que me prometes. 
Dime que lo nuestro no será como las nubes
que pasan y se evaporan y que no verán el mañana.
Dime que lo nuestro no se disipará al mediodía,
dime que volverás como la mañana,
 fresca como el roció, perenne como la hierba y que siempre estarás aquí. 
Dame le la certeza de que volveré a escuchar tu reír.
Déjame soñarte, déjame moldearte con mis fantasía y

 déjame que seas en mi imaginación: reina, hada o bruja; que se yo.
 De ese modo puedo intentar salir de este pozo de desesperanza y
 de a poco cada vez, de a pasos, como el convaleciente que se recupera, volver a vivir.