viernes, junio 27, 2008

Cansancio




Cuando te canses. Cuando ya no des mas, nadie estará a tu lado. Si a Cristo, en su cansancio un hombre enjugo su frente, a ti, nadie te consolará. ¿Quien te tenderá una mano? ¿Donde estará el José de Arimatea que te ayudará?
¿Quien te pasará una brújula en este caminar a tientas en la oscuridad de nuestro destino? ¿Que desconocido sendero recorreremos en este despeñadero de dioses y hombres? ¿Quien te prestará sostén en esta infinita caída hacia la nada?
¿Donde está la amistad? ¿Donde quedó el amor? ¿Donde buscar sustento? Para los que caminamos solos en esta vida, aquellos que no conocemos la amistad, para nosotros, los lobos esteparios, únicamente nos queda apoyarnos en nosotros mismos, y al igual que Héctor frente a Aquiles, enfrentar nuestro destino, aunque sepamos que no podemos vencer.

¡Ah!, Vida ¿Por qué me haces renegar? ¿Por qué este cansancio absoluto de todo? ¿Por qué esta angustia que aprieta mi pecho y nubla mis ojos? ¿Será el mismo mal de Rolla, Manfredo y Leopardi? o será el cansancio, ya no del amor sino de la vida misma, ¿Será que ya nos cansamos de bregar y queremos soltar los remos, saltar de la barca y hundirnos en las oscuras aguas de la eternidad?

En esta huida de la pobreza, en este perpetuo subsistir, somos arrastrados por una vorágine de trabajo hasta el punto que estamos viviendo para trabajar y el trabajo que da sentido a la vida ya no es mas que una condena. ¡La condena a Adán a vivir de su trabajo no fue tan cruel como lo es el condenar al hombre a vivir para trabajar¡

Ya lo dice el salmista, mas vale un puñado de descanso que un día de duro bregar. Por lo tanto, bienvenido seas descanso, así, mañana; al igual que Sísifo, levantaremos nuestra piedra hasta lo alto del monte, para que esta en la noche vuelva a caer. Y seguiremos así, hasta que el hijo de Érebo y Nicte se nos cruce en el camino.

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