sábado, junio 14, 2008

¿El Principio del Fin?


y oí una voz como si fuera en medio de las cuatro criaturas vivientes decir: “un litro de trigo por un denario…” Revelación 6.6


Enormes filas de camiones detenidos a la vera de las carreteras en Chile. Bataholas, desordenes, paro de agricultores en Argentina. Protestas en España. Paro de camioneros en Inglaterra. ¿Debido a qué?, ¿cuál es la causa?: el precio del petróleo.

Es el comienzo del fin, los primeros tiritones de una gripe de la economía mundial, yo diría más bien de una pulmonía. Se acabaron los tiempos de la energía barata. Cada día que pasa cuesta mas producir petróleo y cada día que pasa, aumenta la demanda de este en el mundo.

Cada país reclama para si los confortes de esta sociedad de consumo que lo consume todo: millones de chinos que antes se desplazaban a pie ahora están comprando un vehiculo. Los hindúes dejan atrás sus tradicionales carros de mano y los están reemplazando por carros Mahindra.

Los países dueños del crudo saben que al aumentar la demanda aumentará el precio y será para ellos un buen negocio, pero, también saben que después de esto está la hecatombe, conocido es el dicho árabe que dice: “Mi padre montaba un camello. Yo manejo un automóvil. Mi hijo vuela un jet privado..... Mi nieto montará un camello.” Y así será.

Es aterrador el panorama que enfrentarán nuestros hijos y nietos. Imaginen un poco: sube el petróleo, sube la parafina y sube el gas. Si la parafina y el gas sube, todos los que se calefaccionan con éstos buscarán una fuente energética alternativa más barata. En este caso, la leña. Cuando aumente la demanda de leña aumentará la deforestación con un impacto ambiental catastrófico. Basta con mirar lo que ocurre en el sur de Chile.

Si a esto sumamos la estupidez que es el sembrar para hacer biocombustible con el consiguiente aumento de los precios en los alimentos básicos, como el maíz y el arroz, los que ahora serán destinados a este efecto y los que en su subida arrastrarán a los precios del trigo, el panorama es desolador. Tendremos hambre de muchos para que unos privilegiados puedan desplazarse en automóvil.

El problema está, no solo en que nadie quiere bajarse del automóvil, sino que estamos en una espiral inflacionaria que se impulsa a si misma, mayores precios del crudo, mayores costos del transporte, mayor coste de la electricidad, mayores costos de producción bienes y de alimentos, mayores precios de los alimentos, mayor cantidad de pobres. Más problemas sociales, más desordenes… más hambre.

Y eso es lo triste, cuando se creía que la tierra era capaz de albergar una población el doble de la actual se comprueba que no será así, sino que en 100 años más, la población deberá reducirse a la mitad. O aun peor, a un tres por ciento de la población actual (unos doscientos millones de personas) pero, esto no es mas que cifras, lo catastrófico será la forma en que se llegará a esa cifra. Para ello solo existen dos formas. La civilizada que es dejar de reproducirse o a la antigua: guerra, hambre, muerte.

Así es que, a menos que los gobiernos hagan milagros y conviertan el agua salada en petróleo, este continuará caro, y no bajará aunque todos los camioneros del mundo protesten, a menos, claro está, que dejen de usar los camiones, en tal caso, ¿Cómo llegan los alimentos a quienes los necesitan?

¿Las bestias salvajes habrán soltado los jinetes del Apocalipsis?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario